Cuesta creer
que crucé tanto lodo
que me envolvieron
cenizas y nubes.
Que un fuego afilado
me salpicó.
que crucé tanto lodo
que me envolvieron
cenizas y nubes.
Que un fuego afilado
me salpicó.
Cuesta creer
que vertientes de piedras
se desgranaron a mi paso.
Y todavía esté lúcida,
viva, blanca, entera,
incólume.
Todo por el milagro
de un par de alas.
Perpétua Flôres
Nuestra vieja y eterna amistad me permite decirte que hay algo en ti que se parece al universo, a rosas rojas, blancas y amarillas, al vuelo de los pájaros, a la timidez de las estrellas, a la luna simple y serena, al sol ardiente de los veranos, a tantas cosas que puede encerrar y llevar a un beso tibio, hay tantas cosas que solo una poeta como ti puede decir
ResponderEliminarA través de Luis Daniel Zuloaga, llego a vos y a tu maravilloso poema: una condensación de sencillez y trascendencia. Cada palabra es una gema, y brilla con un valor incalculable, porque se recrea en su significado y, sin alardes, engalana cada verso del poema.
ResponderEliminarMARIÁN MUIÑOS (argentina en Pontevedra)