sábado, 9 de marzo de 2013

DE ISIDRO A CAROLINA

Sé que me esperabas con un ajuar azul, jabones, talco, sueños, cuna y tiernas palabras que alcancé a oír, desde adentro, imaginando tu rostro... Pero antes de asomarme a la cita, en tu mundo de gente grande, me asustaron mucho, palabras, gestos y estampidos y, luego, la sangre... Yo, pequeño y torpe, sin formar todavía bien mi cuerpo, con tu leche materna y tus cuidados... ¡Qué horror!, Carolina... ¿Dónde vives? Yo esperaba belleza, luz, flores, sentimientos y me recibieron con violencia. Caímos ambos, y unos hombres malos nos insultaron, nos maltrataron y robaron... Cuando yo pateaba, era para decirte que estaba allí, adentro tuyo, esperando para asomarme al mundo de tus sueños, al presente que me preparabas, con tanto amor... Cables, inyecciones, suero, bisturí, remedios y oraciones, todo el esfuerzo que emplearon para salvarme, fue inútil... Creo que muchas cosas en la Tierra, están equivocadas, deben cambiar, para que los bebés como yo, puedan compartirla en Paz, tranquilos, con nuestras familias y nuestros amigos. ¿No te parece Carolina? ¡Me hubiera gustado vivir! Pero sé que en el lugar para donde voy, seré un ángel, Tú Angel.... y el de Papá. Y que mi cuna, ropitas, juguetes y mimos, disfrute otro niño, mi hermano, quizás, y diga: Papá y Mamá, que yo no pude... Perpétua Flôres -Entre dos Patrias-

Evocando a María Clara Segobia

EVOCANDO A MARÍA CLARA SEGOBIA En este instante estamos solos, tu retrato festivo y yo. Del jazmín abierto de tu sonrisa, van cayendo los pétalos y la palabra es muda, sin raíz, sin eje. Las calles de Buenos Aires, que llevaban y traían tus pasos de turista, como si acariciasen, y abriendo sus inmensos ojos esmeralda, exhiben la advertencia de contramano. Las lámparas de tu cámara filmadora quemaron, están ciegas. Caen las manos de tus amigos, queriendo tomar las tuyas en cada bienvenida. Me indago: ¿quién invadirá las reuniones de Poetas de Porto Alegre, de Bento Gonçalves y tantos lugares más, con su dinamismo, con su espontánea alegría y un torrente de historias de viajes y poemas? ¿Quién vendrá a Buenos Aires en los cumpleaños que me restan vivir? ¡Qué silencio dolorido, amargo, lloroso! Ese vacío del espacio del mejor amigo es muy grande. Partiste y el tiempo se esfumó como la espuma de la cervecita helada que tomabas en el bar de Lupinho… Estamos solos en este instante, tu retrato y yo. Algún día, yo también seré pasado, recuerdos, flores tal vez… y seré un retrato, como Tú. PERPÉTUA FLÔRES -Entre dos Patrias-