
Cuesta creer
que crucé tanto lodo
que me envolvieron
cenizas y nubes.
Que un fuego afilado
me salpicó.
que crucé tanto lodo
que me envolvieron
cenizas y nubes.
Que un fuego afilado
me salpicó.
Cuesta creer
que vertientes de piedras
se desgranaron a mi paso.
Y todavía esté lúcida,
viva, blanca, entera,
incólume.
Todo por el milagro
de un par de alas.
Perpétua Flôres