sábado, 9 de marzo de 2013

Evocando a María Clara Segobia

EVOCANDO A MARÍA CLARA SEGOBIA En este instante estamos solos, tu retrato festivo y yo. Del jazmín abierto de tu sonrisa, van cayendo los pétalos y la palabra es muda, sin raíz, sin eje. Las calles de Buenos Aires, que llevaban y traían tus pasos de turista, como si acariciasen, y abriendo sus inmensos ojos esmeralda, exhiben la advertencia de contramano. Las lámparas de tu cámara filmadora quemaron, están ciegas. Caen las manos de tus amigos, queriendo tomar las tuyas en cada bienvenida. Me indago: ¿quién invadirá las reuniones de Poetas de Porto Alegre, de Bento Gonçalves y tantos lugares más, con su dinamismo, con su espontánea alegría y un torrente de historias de viajes y poemas? ¿Quién vendrá a Buenos Aires en los cumpleaños que me restan vivir? ¡Qué silencio dolorido, amargo, lloroso! Ese vacío del espacio del mejor amigo es muy grande. Partiste y el tiempo se esfumó como la espuma de la cervecita helada que tomabas en el bar de Lupinho… Estamos solos en este instante, tu retrato y yo. Algún día, yo también seré pasado, recuerdos, flores tal vez… y seré un retrato, como Tú. PERPÉTUA FLÔRES -Entre dos Patrias-

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