viernes, 17 de junio de 2011
CURIOSIDAD
Miguel Hernández, el poeta y pastor de ovejas que vivía en las afueras de Madrid, quería un empleo en la Capital. Pablo Neruda le consiguió un alto cargo en la Embajada, de acuerdo con la cultura del poeta.
Y Hernández no pareció satisfecho. Indagado qué le había parecido, titubeó...
No sé, pero me gustaría que pudiese cuidar algún rebaño...
Miguel Hernández quiso esquiar las ovejitas cuando se fue al cielo, pero quedó triste, lo que pensó que eran ovejas, eran nubes y se deshacían...
Perpétua Flôres
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