viernes, 20 de julio de 2012
ESPEJISMO
Y fue como una muerte que vivía
consciente. Un dolor intenso, fuerte.
Y fue preciso, pronto, darle corte
un verdadero fin a esa agonía.
Pues tanto atormentaba, día a día,
ese amor sin amor -falta de suerte-,
que debió concluir, para que importe
la vida, nuevo amor, la fantasía...
Mi amor por tí, sin tu amor por mí,
tanto tiempo viví, digo, morí,
que el adiós del amor ya era un hecho.
Un bien que fue un mal, hiriente, esquivo.
Mi amor por tí, yo lo enterré vivo,
sin siquiera una flor, dentro del pecho.
Perpétua Flôres
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