El Papa vecino. PF

El Papa vecino Cuando voló el nombre de Jorge Bergoglio de norte a sur, aclamado Papa, no tuve como en ocasiones anteriores, por hechos menores, ni un reflejo de tristeza, por no ser de mi país, Brasil. Justamente porque sentí que era de Todos. Y a la medida que fui sabiendo de él, una intensa felicidad, pura, mística, me invadió, por toda su generosidad, humildad y grandeza espiritual. Pienso que éste era el momento, para tan singular sorpresa, bendición, mimo, cuidado paternal que recibiera la Argentina. Y creo que si pudiésemos espiar el contenido de su valijita, nos encontraríamos junto a pocas cosas. Aquella gaviota que se posó, altanera en la cima de la chimenea, en Roma, anticipando la consagración del Papa argentino, como se posaban las avecillas en los hombros de San Francisco... “Benvindo” Perpétua Flôres, Entre dos Patrias